15 agosto, 2006

Me marcho

Y ya no me vais a tener que aguantar en quince días, poco más o menos. Voy a pasarme dos semanas en la playa. Estudiaré un poco por las mañanas, luego me bajaré a la piscina, después subiré a comer, volveré a estudiar en la hora de la siesta, un ratito más de piscina o de playa, según se tercie, a cenar y a salir por la noche. Básicamente eso es lo que haré todos los días. Un poco repetitivo, dirá alguno. Pues sí. Pero lo realmente importante es alejarme de Coslada, y de la gente de por aquí. Quiero desintoxicarme un poco de malos humores, de broncas, de subidas de tono, de egoísmos, de malas miradas, de dejar que me pisen, de no recibir nada a cambio... En fin, que necesito un descanso de vosotros.

A la vuelta, nada más llegar, exámenes. Jode. Pero bueno, qué le vamos a hacer. Por idiota y por no haber estudiado durante el curso. Y una vez que termine, el día veinte... Lo mismo me vuelvo a Oropesa, pero esta vez solito. Es que ahora voy con mi padre, que dice que quiere salir, que si le llevo por ahí. A ver si consigo irme cuatro o cinco días antes de que empiece el curso. Con un poco de suerte, dede ahora y hasta casi octubre voy a ver bastante poco a la gente de Coslada. Se merecen el descanso.

Pues nada, lectores, aquí os quedáis casi todos, pasando calor. Como habrán adivinado los más avispados, no voy a publicar nada en bastante tiempo. Tampoco es que llevase el blog muy actualizado últimamente, así que estoy seguro de que no os supondrá una gran pérdida. Pasadlo lo mejor que podáis, que yo haré lo propio. Hasta la vuelta.

12 agosto, 2006

El budista

Tengo esto bastante abandonado, así que sigo mi línea de perro y vago y dejo que otros hagan el trabajo por mí XDD

Os quedáis con un vídeo de Faemino y Cansado, a ver si a alguien le gusta (estoy casi seguro de que a muy poquitos les hará gracia).


05 agosto, 2006

Al abrir los ojos.

Veo que me he desmayado. Debe de ser por no utilizar anestesia. Seguro que si le hubiese preguntado a alguien un poco más entendido que yo me lo habría recomendado. Claro que eso chocaría con mi intención de llevarlo todo en secreto. Pero bueno, ya está hecho. Estoy manchado de sangre seca. Voy a ver si puedo incorporarme para observar con detenimiento el destrozo. Duele. Y la cicatriz tira mucho.

Poco a poco me pongo de pie. Tengo un espejo de cuerpo entero al fondo de la habitación. A ver qué pinta se me ha quedado. Vaya, las gotas de sangre me han llegado hasta las mejillas. Parecen lágrimas ocres. Muy poético, sí. Me las borro con el dorso de la mano. Miro y remiro la cicatriz. O he estado dormido varios días o esto va demasiado rápido. Ya tiene un color rosáceo.

Intento andar un poco para acostumbrarme a la nueva situación. Creo que siento el hueco que ha quedado detrás del estómago. Sin embargo, el vacío no es el que genera el dolor que siento. Creo que viene de un poco más arriba. Cuando me haga con el dominio de mí mismo intentaré examinarme más a fondo. Por ahora creo que todo ha salido bien. La operación no fue como yo esperaba. No te dije todo lo que tenía pensado para no hacerlo todo más difícil. Soy cobarde, y me acabé guardando lo que pensé que te dolería más.

Voy a salir un rato a la calle, a ver cómo se respira ahora que me he quitado un peso de la espalda. El bazo lo meteré en un frasco de cristal con algún tipo de éter, no se vaya a estropear. También he pensado en incinerarlo y guardar las cenizas en una urna, y ponerla encima de la mesa del salón, pero prefiero no hacerlo. Por si hay alguna oportunidad de que me vuelva a abrir en canal como a un pescado el día de mañana, esta vez para dejarlo de nuevo todo en su sitio.

Mira, hace una tarde estupenda para dar un paseo. Antes de cerrar la puerta a mi espalda, miro otra vez hacia el interior de la habitación, al frasco escondido entre penumbras, al frasco que poco a poco irá siendo pasto de las telarañas. Y me despido.

Adiós.

04 agosto, 2006

Un mal día.

Está el cielo un poco encapotado hoy. Con nubarrones grises oscuros en el horizonte. Calculo que llegarán por aquí a última hora de la tarde. Cuando el sol está dejando de pegar pero aún le quedan las fuerzas justas para dejar claro que mañana por la mañana volverá a despertarte pegando en tu ventana.

A lo mejor vosotros no veis todas esas cosas, a lo mejor es sólo cosa mía. Quizá es porque me voy a arrancar el bazo y voy a perderlo de vista. Para los que no lo sepan, el bazo es una víscera que ayuda a limpiar y renovar la sangre y que se dedica a producir anticuerpos y comer bacterias en el desayuno. Vamos, una cosa útil de la leche. Pero que hay que extirpar a veces. Seguro que todos lo habéis escuchado en alguna ocasión. El mío se ha estropeado, o quizá le haya maltratado yo, y por eso se ha vuelto contra mí. De hecho, es la explicación más probable. Es más, es lo que diré de ahora en adelante, porque me acabo de convencer de que es cierto. El caso es que voy a coger los cuchillos menos afilados que tenga en casa y lo voy a sacar de su sitio. Lo de los cuchillos es sólo para que me quede una cicatriz fea que me recuerde lo que había antes.

Si mañana me he recuperado de la operación os cuento que sigo vivo.