Yo no quería
De verdad, fue en contra de mi voluntad. El miércoles iba a entrar a todas mis clases, pero desde Farmacia me tentaron. Me dijeron que si jugaba un partidito de volley, y claro, tuve que aceptar. Yo, que soy la persona menos deportista del mundo, una semana después de un partido de fútbol, voy y me apunto a jugar al volleyball. Si es que no estoy bien.
El caso es que esta semana es el patrón de Farmacia, y están con actividades todos los días. Se lo montan un poco mejor que nosotros en la Politécnica, la verdad. Arrastrado por las artes persuasivas femeninas, dije que sí, que me metía en el equipo a suplir la baja de uno de los jugadores, y allí que me presenté a las nueve y poco de la mañana (hay que joderse, encima me hacen madrugar).
El caso es que me lo pasé de miedo. Ya le gustaría a Estudiantes que su Demencia se pareciese un poco a nuestra hinchada (la pancarta de Abusones no tiene precio). Ganamos el primer partido y tuvimos que jugar otros dos más, pero ya por la tarde. Claro, así estaba ayer, que no podía moverme de las agujetas (¿por qué será que esa palabra ha salido en las tres últimas entradas?). Los otros dos los perdimos, qué le vamos a hacer, pero nos echamos unas cuantas risas (y en las gradas, unas cuantas cervezas).
Como las mujeres son así de viles, siguieron convenciéndome para que al día siguiente (ayer jueves) me pasase a jugar al Trivial Mix (el Party, vamos, pero en casero) y al Twister. Y yo, que no sé decir que no, tuve que ir. Pues que sepáis que los Espumillones (mi equipo), ganó al Trivial, Dani, otro de los amigos y miembro de los Espumillones, ganó el cross, y Vero, también espumillona, se llevó el Twister. Si es que somos unos cracks. De las jarras de cerveza mejor no hablo (aún les debo una invitación, que lo sepan).
Creo que con esto dejo de publicar por hoy, que con tres entradas tenéis más que suficiente para no echarme de menos en mucho tiempo. Ya dejaréis comentarios insultándome o algo así XDD