08 mayo, 2006

Kai su, teknon?

Se supone que eso es lo que dijo Julio César a Marco Junio Bruto en los idus de marzo (mira, casi en mi cumpleaños, qué casualidad...) del 44 a.C. Hay otras versiones que provienen en su mayoría del Julio César de Shakespeare. Ésta que he elegido, en cambio, la ofrece Suetonio, que por la proximidad en el tiempo a los hecho, y la correspondencia a la que tuvo acceso goza de una mayor credibilidad.

Para los que no sepan griego, como yo, la frase significa algo así como "¿Incluso tú, hijo mío?". Siempre me ha llamado mucho la atención, pero nunca me había parado a investigar el por qué de este hecho. Ahora creo que sé de qué se trata. Es la decepción que encierra. Imagino la escena y no veo enfado, no veo rencor en la cara de César. Veo decepción ante la traición de quien tenía por un hijo. Uno de los pocos a los que perdonó tras habérsele enfrentado anteriormente, y a quien dio puestos de una cierta responsabilidad.

Bruto murió dos años después de haber entrado en el complot para matar a César. De hecho, se suicidó lanzándose sobre su espada. A pesar de su trayectoria, Marco Antonio le honró declarándole el romano más noble, puesto que había tramado creyendo que actuaba por el bien de Roma. Una lástima que ni sus palabras ni el suicidio volviesen a Julio César a la vida.