12 junio, 2007

Cuando la dignidad es necesaria

Últimamente me he hecho fan y seguidor acérrimo de Sé lo que hicisteis..., programa de La Sexta que ridiculiza al mundo del famoseo y busca los fallos de los demás espacios de no muy alto nivel. Aunque no os lo creáis, nunca he seguido los temas del corazón (de las vísceras, más bien), y con esta panda de locos me he dado cuenta de la escasísima dignidad y autoestima que tienen ciertas personas (por llamarles algo).

El caso es que uno acaba pensando que el dinero puede con todo, y esos personajes deben de andar muy necesitados en el tema monetario y en el emocional, y por eso buscan la atención de los demás con tamañas gilipolleces. Total, o no son nadie, o dejaron de ser alguien hace mucho...

Pero luego te pones a ver la tele, estás en tensión con los últimos partidos de la liga de fútbol, termina el que está jugando tu equipo (soy del Madrid, pero vamos, tampoco me quita mucho el sueño que gane o pierda) y te das cuenta de que el cenutrio del presidente está haciendo gestos simiescos en medio del campo como si ya hubiese ganado el título. Ahí sientes vergüenza ajena (no por el hecho de que sea presidente del Real Madrid, si no porque tiene los mismos derechos que yo como ser humano). La gente le pone a parir, dice que hay que comportarse con un poquito de seriedad cuando estás en un puesto de responsabilidad, etc. Lo que cualquiera de vosotros pensaría.

Y entonces llega el martes. Uno atento a sus estudios, publicando en los blogs y leyendo los diarios, cuando lee la siguiente noticia: El presidente del Real Madrid se cuela en el palco familiar de Rafa Nadal para ver la final de Roland Garros. Sin invitación, por si alguien dudaba.

Señor Calderón, compórtese un poco, por favor. El Madrid es un equipo al que sigue gente en todo el mundo. No lleve una imagen de los españoles tan tópica y vulgar más allá de nuestras fronteras, por favor. Si no lo hace por usted mismo, hágalo por los demás. El patetismo (y el paletismo, también) déjeselo en casa, anda.