Normas de uso

1. El blog es mío, y por tanto escribo lo que me da la gana, lo que me sale de los huevos, lo que me apetece, lo que me place.
2. Las entradas son para que las lea el que quiera. Si tienes algo que decir respecto a ellas, hay un apartado de comentarios al final de cada una.
3. A menos que haya una alusión explícita (sea un nombre, sea un hecho relacionado directamente contigo), la entrada no va por ti. Tengo otras muchas cosas importantes que hacer que no incluyen el pensar en ti, así que ya lo sabes.
4. No quiero más preguntas del tipo "¿A quién te refieres con...?", "¿Por quién va lo de...?" y cosas por el estilo. Yo escribo, tú lees, y, si quieres, comentas. Si tengo algo que decirte, ya lo haré en persona. Si el post va por otro y no he dado su nombre, es porque no quiero que tú lo sepas.
5. Si a pesar de todo lo que has leído en las normas anteriores insistes en creer que algo de lo publicado va por ti cuando ya te he asegurado que no es así, es problema tuyo. Yo ya te he dicho lo que hay. Si no confías en mi palabra, me importa una mierda de tamaño familiar.

No creo que queden muchas dudas, pero si las hay, ya sabéis dónde comentarlas. Perdonad si suena un poco brusco; me he quemado un tanto con el blog y con la gente, y no quiero que haya más malentendidos.