El juego de las diferencias
A algo parecido me dio la impresión de estar jugando el miércoles pasado. Para los que no lo sepan, el año pasado estaba matriculado en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI de aquí en adelante) de San Blas en cuarto de alemán, pero este año he decidido dejár el idioma de Goethe aparcado para dedicarme al italiano, y por eso me he apuntado a primero en la EOI de Coslada. Como mi expediente estaba en San Blas, para que no me tuviesen que abrir otro en la nueva escuela decidí hacer un traslado. Y aquí es donde empieza el juego.
Llego el miércoles tranquilamente a San Blas, con el formulario de rigor a medio rellenar porque tenía dudas. En el papel ponía que escribiese el curso más alto de cada idioma que tuviese aprobado en la escuela de origen (San Blas), y yo no sabía si tenía que poner inglés, cuyo expediente estaba ahí, pero que había aprobado en San Fernando. Entro en la secretaría, y un tipo con pinta de desganado me aclara más bien pocas cosas. Una vez que relleno el papel como buenamente puedo y se lo entrego, mira en el ordenador y me dice que para qué quiero trasladar inglés y francés. Yo, que estoy un poco perdido, le digo que quiero mover mi expediente, nada más. El tío me vuelve a preguntar lo mismo, siempre tratándome de usted, cosa que no me gusta mucho, la verdad. Aquí la confusión viene porque yo pensaba que el expediente era una mole única e indivisible, como la España de Franco (o del PP, que viene a ser casi lo mismo), pero no, resulta que cada idioma puede quedarse en una Escuela diferente. El tipo, en vez de explicármelo así, lo único que hacía era preguntarme con cara de pachón y voz de querer encerrarse en el despacho a tocarse los huevos que para qué quería mover los tres idiomas (inglés, francés y alemán). El caso es que al final le dije que trasladase todo y que me dejase en paz.
Salgo del edificio, voy a la parada, veo cómo se me va el autobús (para aumentar mi dicha), y me quedo a esperar el siguiente. Al final llego a Coslada, voy a la secretaría de la EOI, y me atiende la secretaria, que se estaba tomando un cafelito con el resto de personal no docente. Habiendo visto el trato recibido en San Blas, ya temía que esta mujer me fuese a gruñir también por haber hecho que se levantase de la mesa en plena merienda. Nada más lejos de la realidad. Todo amabilidad y sonrisa, me pide el papel, lo mira un poquillo, se sorprende al ver que tengo terminado inglés, francés y el Ciclo Elemental de alemán y bromea conmigo diciendo que de aquí a la ONU. Siempre tratándome de tú. El cabreo que llevaba con el otro borde/desganado se me pasa bastante, y ya puedo ir a clase un poco más calmado.
¿A quién no le ha pasado algo parecido alguna vez tratándose de personal de la Administración? Supongo que un día malo lo tenemos todos, y yo soy el primero que lo paga con quien menos lo merece (aunque luego tenga que pedir disculpas). Pero es que hay algunos funcionarios que parece que viven jodidos en su silla. Cosa que no entiendo en las secretarías de los centros docentes, que abren tres horas escasas al día, y sólo tienen trabajo de verdad tres o cuatro veces al año (exámenes, matrículas y poco más).
Hale, señores, a entrenar la sonrisa falsa y la amabilidad de pega, que para eso cobran ustedes el sueldo.
Llego el miércoles tranquilamente a San Blas, con el formulario de rigor a medio rellenar porque tenía dudas. En el papel ponía que escribiese el curso más alto de cada idioma que tuviese aprobado en la escuela de origen (San Blas), y yo no sabía si tenía que poner inglés, cuyo expediente estaba ahí, pero que había aprobado en San Fernando. Entro en la secretaría, y un tipo con pinta de desganado me aclara más bien pocas cosas. Una vez que relleno el papel como buenamente puedo y se lo entrego, mira en el ordenador y me dice que para qué quiero trasladar inglés y francés. Yo, que estoy un poco perdido, le digo que quiero mover mi expediente, nada más. El tío me vuelve a preguntar lo mismo, siempre tratándome de usted, cosa que no me gusta mucho, la verdad. Aquí la confusión viene porque yo pensaba que el expediente era una mole única e indivisible, como la España de Franco (o del PP, que viene a ser casi lo mismo), pero no, resulta que cada idioma puede quedarse en una Escuela diferente. El tipo, en vez de explicármelo así, lo único que hacía era preguntarme con cara de pachón y voz de querer encerrarse en el despacho a tocarse los huevos que para qué quería mover los tres idiomas (inglés, francés y alemán). El caso es que al final le dije que trasladase todo y que me dejase en paz.
Salgo del edificio, voy a la parada, veo cómo se me va el autobús (para aumentar mi dicha), y me quedo a esperar el siguiente. Al final llego a Coslada, voy a la secretaría de la EOI, y me atiende la secretaria, que se estaba tomando un cafelito con el resto de personal no docente. Habiendo visto el trato recibido en San Blas, ya temía que esta mujer me fuese a gruñir también por haber hecho que se levantase de la mesa en plena merienda. Nada más lejos de la realidad. Todo amabilidad y sonrisa, me pide el papel, lo mira un poquillo, se sorprende al ver que tengo terminado inglés, francés y el Ciclo Elemental de alemán y bromea conmigo diciendo que de aquí a la ONU. Siempre tratándome de tú. El cabreo que llevaba con el otro borde/desganado se me pasa bastante, y ya puedo ir a clase un poco más calmado.
¿A quién no le ha pasado algo parecido alguna vez tratándose de personal de la Administración? Supongo que un día malo lo tenemos todos, y yo soy el primero que lo paga con quien menos lo merece (aunque luego tenga que pedir disculpas). Pero es que hay algunos funcionarios que parece que viven jodidos en su silla. Cosa que no entiendo en las secretarías de los centros docentes, que abren tres horas escasas al día, y sólo tienen trabajo de verdad tres o cuatro veces al año (exámenes, matrículas y poco más).
Hale, señores, a entrenar la sonrisa falsa y la amabilidad de pega, que para eso cobran ustedes el sueldo.
posted by Dek at 12:51:00 a. m.
6 Comments:
Ais,el otro dia topé con la unica secretaria maja que hay en toda guadalajara y me hizo un gran favor con la matricula...ais!si es q que les costará tratar bien a la gente?
¿Te molesta que te llamen de usted, señor To Luis? xDDDD
Yo lo veo algo normal, es una muestra de respeto, yo me refería también de usted a chavales 10 años menores que yo cuando pitaba :P
No es que me moleste exactamente. Es que no me siento cómodo. Ya sé que es algo normal, un formalismo, más que nada. Pero me siento mucho más relajado cuando me tutean. Me parece un trato más cercano. Máxime cuando se trata de gente joven, como nosotros (me resisto a creer que los niños me vean como un señor XDD).
jajaja, vaya historias macho.seguro qtienen un orinal debajo de la mesa para no levantarse al baño.
Eso te pasa por hablar idiomas.
Además que sí. Eso por listo y por creerme más guay que nadie. La próxima vez les digo que me abran un expediente nuevo y pago por el trámite (seguro que se hernian de tocar dos teclas guarras).
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