Despedidas y cierre
Pues sí, se acabó lo que se daba. Mañana, a las 14:00, sale mi avión de la T4 de Barajas destino a Florencia. Y una vez allí, autobús hasta Siena (hay unos 70 kilómetros). Tengo metidos en el cuerpo todos los nervios del mundo.
Hablando el otro día con unos amigos comentábamos que seguramente aún no soy consciente de que me largo para diez meses, aunque en diciembre seguramente me vuelva para pasar las navidades. Es probable que hasta que no lleve allí un par de días, aislado de lo que he conocido hasta ahora, no acabe de confirmar que me he largado de Erasmus.
Esta semana ha sido muuuuuuuuuuuuy larga. Muchísimo. Acabar en el curro, mirar todas las cosas de última hora, despedirme de la gente... Y quizá las despedidas sea de lo que más me vaya a acordar. El lunes a tomar unos mojitos con Virginia; el miércoles de cañas con mis roceñas por Madrid y luego a cenar en Coslada con la gente de italiano; el viernes fiestaca con los amigos de toda la vida, incluyendo la cena del Ribs que me dejó reventando y la música del Zeus, que fue genial; el sábado empecé con unas cañitas a mediodía para despedirme de las nenas (las gachas estaban cojonudas, y la morcillita también) y ya por la noche más juerga pero añadiendo a Felipe, Ana, Alberto y Eva, que hicieron un esfuerzo para venir a despedirme; y ya hoy, absolutamente molido, unas sangrías por Madrid con Sara después de comprarme un portátil.
Muchas gracias a todos por haber estado ahí. Lo siento por la gente de la que no me he podido despedir. Entre olvidos y falta de tiempo, os puedo asegurar que esta semana ha sido estresante a más no poder. Por lo menos los regalitos han ayudado a relajarme. El CD de Ferreiro, recién salido del horno, está cojonudo. Gracias a las dos. El resto (Papá Pitufo, pulsera, nota, etc.) me ha hecho especial ilusión por el tema de la manufactura personal. Es un detallazo como una catedral. Muchas gracias a ti también, pequeña.
A partir de ahora, este blog quedará cerrado hasta nueva orden. Ya sabéis que seguiré escribiendo en el otro para contar mis andanzas. La comunicación con España será vía mail (a menos que ganche Skype, ya veremos), y ya creo que no tengo nada más que contar. Espero que toda esta locura salga bien y que a la vuelta estéis todos ahí para tomar más cañas y daros envidia relatando mis peripecias fiestero-estudiantiles.
Nos vemos.
Hablando el otro día con unos amigos comentábamos que seguramente aún no soy consciente de que me largo para diez meses, aunque en diciembre seguramente me vuelva para pasar las navidades. Es probable que hasta que no lleve allí un par de días, aislado de lo que he conocido hasta ahora, no acabe de confirmar que me he largado de Erasmus.
Esta semana ha sido muuuuuuuuuuuuy larga. Muchísimo. Acabar en el curro, mirar todas las cosas de última hora, despedirme de la gente... Y quizá las despedidas sea de lo que más me vaya a acordar. El lunes a tomar unos mojitos con Virginia; el miércoles de cañas con mis roceñas por Madrid y luego a cenar en Coslada con la gente de italiano; el viernes fiestaca con los amigos de toda la vida, incluyendo la cena del Ribs que me dejó reventando y la música del Zeus, que fue genial; el sábado empecé con unas cañitas a mediodía para despedirme de las nenas (las gachas estaban cojonudas, y la morcillita también) y ya por la noche más juerga pero añadiendo a Felipe, Ana, Alberto y Eva, que hicieron un esfuerzo para venir a despedirme; y ya hoy, absolutamente molido, unas sangrías por Madrid con Sara después de comprarme un portátil.
Muchas gracias a todos por haber estado ahí. Lo siento por la gente de la que no me he podido despedir. Entre olvidos y falta de tiempo, os puedo asegurar que esta semana ha sido estresante a más no poder. Por lo menos los regalitos han ayudado a relajarme. El CD de Ferreiro, recién salido del horno, está cojonudo. Gracias a las dos. El resto (Papá Pitufo, pulsera, nota, etc.) me ha hecho especial ilusión por el tema de la manufactura personal. Es un detallazo como una catedral. Muchas gracias a ti también, pequeña.
A partir de ahora, este blog quedará cerrado hasta nueva orden. Ya sabéis que seguiré escribiendo en el otro para contar mis andanzas. La comunicación con España será vía mail (a menos que ganche Skype, ya veremos), y ya creo que no tengo nada más que contar. Espero que toda esta locura salga bien y que a la vuelta estéis todos ahí para tomar más cañas y daros envidia relatando mis peripecias fiestero-estudiantiles.
Nos vemos.