28 febrero, 2006

¿Para qué sirve un CD virgen?

Pues, depende de a quién preguntéis, recibiréis una respuesta u otra. Es lo que se llama tomar espacios muestrales distintos. Pongamos unos ejemplos:
  1. Para una empresa que genera muchos datos sobre sus clientes, sirve para almacenarlos el tiempo que estipulan las leyes (y vendérselos a otras compañías ;P). Aquí estarían, entre otros, los bancos.
  2. Para una persona que tenga un huertecito podría servir para ahuyentar a los pájaros y que no se les coman los frutos.
  3. La gente muy chic (palabra Peña-Registered) lo puede usar como posavasos.
  4. Un tipo normal y corriente con un PC y una cámara digital, quizá lo utilice para guardar sus fotos y tener unos álbumes que ocupen poco espacio.
  5. Yo tostaría mis CD's originales (que son muy pocos) porque la radio del coche los termina rayando.
Pero, ¿qué pasa si le preguntamos a la SGAE? Pues te dirán que sólo sirven para que le quites dinero a sus artistas queridos y protegidos. No tienen ninguna otra utilidad. Por ese motivo hay que ponerles un canon y recaudar unos dineritos que luego se repartirán los artistas que más vendan. Teniendo en cuenta el lamentable gusto musical de este país, la mayor parte del dinero irá a parar a grupuchos que no valen ni para tomar por el culo. ¿Y qué pasa con la gente que le da otros usos a los discos? Pues que se joden y bailan. O los piden fuera de España, que son más baratos (con gastos de envío y todo).

Y todo esto es posible gracias a la nueva Ley de Propiedad Intelectual que se está gestando. Ahora serán las entidades gestoras (SGAE, por ejemplo) las que decidan cómo cobran y a quién. Plas, plas, plas. Ahí, con un par. De ese modo, podrán gravar los productos en los que alguien, en algún momento, pueda quizá grabar música en mp3. Y eso incluye un disco duro, entre otras muchas cosas.

Como la mayoría estaréis pensando, todo esto es un absurdo. En vez de buscar maneras de aprovechar las posibilidades de descarga de música en Internet y explotarlas, las compañías y los autores se emperran (no todos) en restringir el acceso a sus creaciones. ¿Han pensado en bajar un poco el precio de los discos, sacar algo menos de beneficio, y vender más? Quizá no se puedan comprar tres mansiones en Miami. Vaya, yo tampoco. Por eso descargo música de Internet. Porque no estoy dispuesto a pagar 20 eurazos por un disco. Ni 50 o 60 por un juego de ordenador. Así que, ya sabéis niños. Seguid con la mula, y a comprar CD's y DVD's sin canon.

Escuchando: Algo contigo, de Calamaro (gracias por la sugerencia, Carol).

26 febrero, 2006

Cansa

¿Sabes una cosa? Estoy muy cansado últimamente.

Estoy cansado de las continuas peleas en mi casa. Y de los finales de las películas en las que la chica se va con el prota guapo y alto y fuerte. Y de que la gente me tome por el pito del sereno. También de que en la radio haya mucha mierda de música y que ahora M80 no se escuche bien en mi habitación. A ver cómo oigo por las mañanas No somos nadie. Me cansa que la gente se ría de mí. Incluso la gente que más quiero. Sé que no lo hace(n) a propósito. Supongo que valdría con que le(s) dijese que me molesta para que dejara(n) de hacerlo. Pero como ya tenemos todos una edad, prefiero que lo descubra(n) por si misma(s). Tampoco es tan difícil notar cuándo te estás riendo de y no con una persona.

Y ésa es sólo una pequeña muestra de las cosas que me queman. Yo escribiría algo más interesante, pero ahora mismo no hay noticias que me den ganas de ponerme a comentarlas. Cuando las encuentre, me pondré a ello. Para que no penséis que soy tan agorero ;P

A ver si le voy pillando el ritmo a esto de escribir, que estoy bastante oxidado, y dejo más posts durante la semana.

Escuchando: Buitre no come alpiste (curioso que salte justo hoy...).

22 febrero, 2006

Inauguración

Hola a la poca gente que lea esto.

La verdad es que no sé muy bien qué decir para presentar el blog. No tengo ni idea del tipo de cosas que voy a escribir, ni por qué raro motivo me ha dado por publicar. Nunca he tenido un diario, ni soy de los que suelen contarle su vida a la gente. No me gusta hablar, me gusta escuchar. Supongo que últimamente hay tantas cosas que me amargan, que tengo que darles salida de una u otra manera. Así que no tengáis muy en cuenta lo que os podáis encontrar por estos lares. Todo será producto de la ofuscación que me corroe de manera perenne.


Espero que nos os aburra mucho un sitio como éste. Y si lo hace, lo tenéis tan fácil como no volver a entrar. O dejar algún comentario soez. Seguro que me divierte.